¡Escúchense!
Eso nos decía uno de los mejores maestros que he tenido la fortuna de encontrar.
Creo que es necesario decirlo, mucha gente (y hasta hace apenas 4 años, yo entraba en ese grupo), no sabe qué es la música coral. Sí, se tiene una idea vaga. Pasan por nuestras cabezas imágenes del coro de la iglesia o de la escuela donde crecimos, de los programas de televisión que muestran grupos como Glee y hasta de los grupos que cantan los terriblemente repetitivos villancicos de cada año. Pero no es eso del todo.
¿Listos? Aquí va:
Hay quien puede cantar más agudo que unos y hay quien puede cantar más grave, tanto hombres como mujeres. Dependiendo del rango de notas o sonidos que alcance una persona (yendo de grave a agudo) se clasifica su voz como para hombres: bajo o tenor, y mujeres: contralto y soprano. (Hay otras subclasificaciones de las que no hablaré, por lo pronto éstas son las principales)
Entonces si decimos que una mujer es contralto, significa que alcanza notas graves y si decimos que un hombre es tenor, sabemos que alcanza notas más agudas.
Bien, en el canto coral a esta clasificación le decimos voz o cuerda y las piezas suelen tener éstas cuatro voces o una combinación con algunas otras.
Ahora, nuestra idea de que la música coral está ligada con la religión viene de que, en el caso de la música occidental, la música al inicio era puramente hecha para los ritos litúrgicos. Después poco a poco fueron entrando los instrumentos, poco a poco la fueron sustituyendo y terminaron por volverse un campo diferente de la música.
Respecto a la música coral, pasa de ser una sola voz (pueden ser una o muchas personas pero todas cantan lo mismo) a hasta 12 (sí, una exageración, lo sé) en el lapso de unos cuantos siglos. Aquí un ejemplo de un compositor conocido: Bach. Como ven, es una pieza religiosa, no por ello menos hermosa. Traten de escuchar las voces más graves y las más agudas; las de los hombres y las mujeres. Ya que hayan ubicado ésas, traten de escuchar qué hay en medio.
Respecto a la música coral, pasa de ser una sola voz (pueden ser una o muchas personas pero todas cantan lo mismo) a hasta 12 (sí, una exageración, lo sé) en el lapso de unos cuantos siglos. Aquí un ejemplo de un compositor conocido: Bach. Como ven, es una pieza religiosa, no por ello menos hermosa. Traten de escuchar las voces más graves y las más agudas; las de los hombres y las mujeres. Ya que hayan ubicado ésas, traten de escuchar qué hay en medio.
Hermoso, ¿no? Bueno, sepan que Bach compuso entre 390 y 420 corales. A eso hay que añadir las otras piezas que se encuentran en los rituales litúrgicos y las piezas que fueron destruidas y/o perdidas.
Hay otro detalle. Pueden escuchar que el coro canta con instrumentos que lo acompañan. Hay de todo; con acompañamiento o sin ("a capella").
Conforme fue pasando el tiempo, los corales fueron cambiando. Hay piezas como la Sinfonía No. 8 de Mahler que se canta con coro o la gran conocida; la Sinfonía No. 9 de Beethoven.
Fast-forward al siglo 20 y nos encontramos con una variedad tremenda de música coral (gracias a que por un lado, hay más comunicación y por otro, ya se empieza a guardar un registro de las cosas). Por un lado, está el famosísimo Carmina Burana de Carl Orff o el Cinq Rechants de Messiaen del 48 que quiero que escuchen, aunque sea un pedacito:
y por otro, mucha, pero mucha música coral compuesta en Latinoamérica.
Ya hablamos un poco de esto en un post anterior con Beatriz Corona. Ya la música no es litúrgica y habla de un millar de temas. Hay piezas que hablan desde el amor no correspondido, palomas, poemas de Benedetti, epitafios a personajes de Don Quijote, piezas en maya, quechua y mil otras cosas más. Aquí un ejemplo de una pieza hermosa compuesta por un compositor dirigida por él mismo. Esta tierra de Javier Busto:
Y quiero contarles que qué sorpresa me llevé cuando entré por primera vez a un ensamble coral en forma. El tenerme que concentrar para no dejar de cantar lo de mi voz y no empezar a cantar lo de los de al lado. El maestro enseñándonos a mantener la afinación de una nota, cómo darle dirección a una frase, la lectura a primera vista que con los años fue mejorando, la proyección, el color de las voces, cómo con un movimiento de la mano sabíamos que había que cantar un poco más fuerte, más marcado, más dulce, o enfocarnos en escuchar una sola voz mientras cantábamos lo propio.
La risa provocada por la frustración de equivocarse una y otra vez en un mismo pasaje, o por el 'gallo' que se le salió al compañero, las imágenes que ayudaban a darle la intención a la obra.
Para muchos el coro era un refugio, un oasis enmedio del desierto que a veces parece ser la vida. ¡Qué experiencia!
Espero que esto les haya gustado o al menos les haya enseñado un aspecto diferente de la música coral.
Si tienen la oportunidad de escuchar un ensamble coral en vivo, o aún mejor, de formar parte de uno, no lo duden ni por un segundo, porque lo que por sobretodo se aprende con esto, y que mucha falta nos hace, es a escuchar.
N.b.: Si les interesa ver más a fondo la parte histórica de esto, revisen este link:
https://edukavital.blogspot.com/2012/10/musica-coral.html |
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